Había una vez un niño, un niño muy pequeñito,
Este niño veía que su papá y su abuelo salían a cazar,
El papá con la escopeta y el abuelo con el machete,
Subían a la canoa y con sus perros al abordaje,
El niño que también quería salir con ellos no lo dejaban,
¿Qué hago ahora? – dijo el niño, no sabía qué hacer,
Jugó un poco con sus lanchitas de madera,
Otro poco ayudando a la abuela a traer leña.
No convencido… solo quería cazar,
Pensó también que podía pescar.
Voy a sacar lombrices – dijo el niño en voz baja,
Saco las lombrices y mientras elegía las mejores, recordó,
-Tengo una gomera, la que me regalo mi tío-
Tomando la gomera, la miro… ¡¡nunca la uso!!
Buscaba con que tirar para probarla, no tenia con que,
En ese lugar no había ningún tipo de piedras, ni canto rodados,
Probaba con terrones de tierra y esta se rompía,
Probaba con palitos esto disparaba para cualquier lado,
Le estaba dando bronca, ¿y ahora qué hago? – dijo el niño,
¡Recordó haber visto al abuelo fabricar algo!
¡Ya se para que el abuelo hacia esto! – dijo el niño,
Entonces tomo un poco de arcilla de la orilla del rio,
Esta misma con la suficiente humedad para poder trabajarla,
Comenzó a hacer bolitas de barro, las bien llamadas bodoque,
Las puso al sol y endurecieron de tal forma que era difícil de romper,
Probó una de ellas con su gomera y se perdía en la distancia,
Ahora si – dijo el niño, yo también puedo cazar.
Tomo la latita con tanza y anzuelo, junto con las lombrices,
También su gomera al cuello y la horqueta que adornaba el pecho,
Y su bolsita de bodoque con el que intentaría cazar…
¡Tenía todo para hacer su primera incursión de caza!
Como dicen todos los cuentos… colorín colorado, este cuento se ha terminado.-
Charly Gómez Re
20/12/2010
Copyright
No hay comentarios:
Publicar un comentario